Desde La Piñuela, en el municipio de Cocorná, se llega por vía de penetración paralela al río Santo Domingo hasta la vereda La Vega, municipio de El Carmen de Viboral (448 km2 y 60.000 habitantes); desde allí, por caminos de arriería, se continúa penetrando esta región conformada por profundos cañones labrados por caudalosos ríos y quebradas en una geología de roca metamórfica fuertemente clivada; así se viaja por la zona de vida bp-PM (bosque pluvial premontano), apreciando cómo se desploman desde los 1.800-2.000 m.s.n.m. las cascadas Alfombras, la Esmeralda y Santa Bárbara.
Finalmente se llega al predio de Hernán y Sandra, pareja joven, oriunda de la región, que ahora, después de años de ausencia durante la época de violencia, han retornado, subsistiendo inicialmente con la venta de guayaba silvestre, otrora abundantísima en la zona, ahora muy disminuida por el uso masivo de herbicidas, y luego con su recuperado predio para una ganadería familiar y un cultivo de 2.000 árboles de café, actividades que Hernán y su joven hijo Santiago logran atender personalmente.
Ya la zona, dada su exuberancia en aguas, cuenta con interés turístico, y Hernán y Sandra han entonces construido su nueva casa, aún sencilla, con capacidad para albergar diez personas, y por sobre todo, con un cálido recibimiento en familia. Es así el turismo de naturaleza una opción de actividad económica que nace para las gentes del campo en esta zona, tan aislada, tan agreste, donde ni el clima, ni los suelos, ni la infraestructura, son promisorios para actividades agropecuarias rentables.
Gracias a Aventura San Francisco por ser pioneros y desarrolladores de este turismo en la zona, tan recreativo para las gentes urbanas y tan revitalizador para las gentes rurales.